¿Cómo definirías la atención y la concentración y cuáles crees que son las principales diferencias entre ambas?
En este artículo, se explica la diferencia que existe entre los conceptos de “atención y concentración” y como nos afectan en nuestros estudios, trabajo o tareas.
Frecuentemente, pacientes me plantean dudas acerca de la diferencia entre estos términos, por qué no les queda clara la utilidad, y cuándo y cómo aplicarlos. Pero son muy diferentes, y comprendiendo sus diferencias podemos aplicar mejor cada concepto en el momento adecuado.
Mientras que «la atención» se revela como un elemento terapéutico y sanador, «la concentración» es un mecanismo cerebral resolutivo y eficaz en la resolución de tareas, en el aprendizaje, en la adquisición de nuevos datos y en la solución de problemas.
Así, la concentración nos proporciona la capacidad de dirigir nuestra mente de manera disciplinada hacia un objetivo específico, permitiéndonos abordar los desafíos y tomar decisiones informadas.
Ambos aspectos, la atención y la concentración, se complementan entre sí, ofreciendo un equilibrio crucial para nuestro bienestar emocional y nuestra eficacia en la resolución de problemas en el día a día.
¿Cómo afecta la atención y la concentración en tu rendimiento en tareas cotidianas o profesionales?
Ambos conceptos son necesarios en nuestra vida cotidiana y cada uno tiene que aplicarse en el momento adecuado depende lo que queremos conseguir. Para iniciar con la concentración, es una forma de afrontar, enfocar y resolver tareas que implica un esfuerzo consciente y voluntario.
La concentración implica dirigir nuestra atención de manera deliberada e intensa hacia una tarea específica, lo cual requiere un gasto de energía. Es por esta razón que en ocasiones el cerebro puede resistirse a hacerlo y solo se puede mantener la concentración durante un tiempo limitado.
Como ejemplo, un estudiante que está en casa y tiene que ponerse a estudiar porque mañana tiene un examen. Pero cuando piensa que tiene que ponerse a estudiar le da pereza y no quiere. Pero como no hay más remedio tiene que hacer un esfuerzo utilizando la voluntad. Entonces el estudiante comienza a leer y poco a poco el mecanismo de la concentración hace que se vaya enfocando de forma más intensa y así comienza el proceso de aprendizaje, que es la asimilación, memorización y comprensión de los datos y conceptos que está estudiando.
La concentración supone un acto de voluntad, un esfuerzo y un gasto de energía que no podemos mantener durante demasiado tiempo. Ya que si lo mantenemos durante mucho tiempo cansa y conforme vamos estando más cansados se pierde la capacidad de enfocarnos en la tarea que estamos realizando.
¿Cómo manejas las distracciones cuando intentas concentrarte en una tarea específica?
Por eso cuando realizamos una tarea utilizando la concentración hay que hacer una planificación del tiempo para no cansarnos y poder asimilar o realizar la tarea con eficacia. Para esto es conveniente alternar momentos de concentración con momentos de descanso.
Por ejemplo, si estamos estudiando concentrados media hora es recomendable parar y descansar entre 10 o 15 y así vamos alternando concentración y descanso todo el tiempo que sea necesario hasta finalizar la tarea.
De esta forma optimizamos el rendimiento del cerebro haciéndonos más eficaces y evitando el cansancio y la bajada del rendimiento en la media de lo posible.
¿Que es la atención?
Ahora vamos a ver qué es la atención. La atención es un concepto más terapeuta. Se refiere a la capacidad de dirigir nuestros sentidos y enfocarlos en algo, procesándolo sin esfuerzo. La atención nos permite estar tranquilos ya que aplicar el mecanismo de atención hace que los pensamientos se detengan o pasen sin afectarnos. De esta forma no nos cansamos, no nos alteramos, y tenemos una sensación de estar viviendo de forma más plácida.
Un ejemplo de esto es cuando nos sentamos en el campo o en una playa y observamos la naturaleza o el mar. Esta observación, que no requiere un esfuerzo de procesamiento, nos da tranquilidad y satisfacción, nos relaja y podríamos estar así mucho tiempo sin cansarnos.
La atención supone realizar un procesamiento por observación y por toma de consciencia, con lo que los pensamientos no nos afectan.
Atención plena o mindfulness
Una técnica magnífica que a mí personalmente me encanta para desarrollar la atención, es el mindfulness o atención plena. El mindfulness es un ejercicio estupendo para evitar a alterarnos o sobrecargarnos, aprendiendo a enfocar la atención en algo concreto dejando que los pensamientos pasen sin que nos alteren.
Si nos movemos por la vida practicando la atención plena o mindfulness nos sentiremos tranquilos y ejecutaremos la mayor parte de nuestras tareas cotidianas con poco esfuerzo con lo cual no nos cansaremos a lo largo del día. Desarrollar el mecanismo de la atención y que este se produzca de forma automática requiere un entrenamiento. Las técnicas de mindfulness tienen que ser practicadas de forma constante para que el cerebro los automatice. Y así podamos beneficiarnos de todas las ventajas asociadas a la práctica de la atención plena.
¿Qué papel juega el descanso y las pausas en tu capacidad para mantener la concentración?
Un ejemplo que puede clarificar ambos conceptos. Imaginar un estudiante joven que está en clase atendiendo a lo que dice el profesor. Entender lo que explica el profesor requiere un esfuerzo que se puede mantener durante un tiempo limitado.
De hecho, al cabo de unos minutos de seguir las explicaciones del profesor los alumnos pierden la concentración y se distraen. Cuando nuestro alumno pierde la concentración, mira por la ventana y focaliza su atención en un pájaro que está en la rama de un árbol y empieza a observarlo, es decir, enfoca su atención en el pájaro.
Esta atención no le supone ningun esfuerzo de la voluntad, ningún cansancio, sino que la observación del pájaro corta sus pensamientos, le tranquiliza, le descansa y se recupera del esfuerzo de la concentración. Entonces el profesor le llama la atención y el alumno vuelve otra vez hacer un esfuerzo.
Se concentra de nuevo en lo que está diciendo el profesor, pero al cabo de unos minutos vuelve a distraerse y a fijar la atención en algo que no le suponga un esfuerzo. Está alternancia entre atención y concentración es algo normal que hemos vivido todos a lo largo de nuestra vida en determinadas situaciones.
Despues de ver ambos conceptos, podemos entender que ambos son importantes para el funcionamiento del cerebro y del sistema psiquico, ya sea par el rendimiento cognitivo, la productividad o la salud.
Como resumen, la atención permite que utilicemos el cerebro con menos esfuerzo, sin que los pensamientos nos bloqueen o nos alteren. Y la concentración nos permite aprender, completar tareas de manera eficiente y solucionar problemas. Mi recomendación es que en la vida cotidiana deberíamos utilizar en más ocasiones la atención plena, practicando el mindfulness de forma continua, dejando la concentración solamente para aquellos momentos que sea estrictamente necesario. Equilibrar ambos mecanismos es esencial para tener un buen rendimiento intelectual y tener mayor calidad de vida.