Cómo identificar la angustia
La angustia, la ansiedad y el estrés, conforman una tríada que resulta muy difícil de desglosar. Muchas personas creen estar padeciendo angustia, cuando en realidad es ansiedad, o viceversa, mientras que el estrés es un componente que suele estar presente cuando se manifiesta tanto una como la otra.
A nivel clínico, se define la angustia como una la interpretación que se hace de los síntomas de la ansiedad. Cuando una persona interpreta que los síntomas que padece son insoportables y que no los puede manejar, aparece una reacción que se denomina angustia.
Identificamos a la angustia cuando experimentamos una sensación que nos causa tanto desagrado que puede tornarse en un dolor emocional insoportable.
Debido a la liberación de cortisol, la hormona del estrés, la angustia genera manifestaciones a nivel físico que pueden resultar alarmantes.
No obstante, debemos tener en cuenta que la angustia no aparece por razones fisiológicas, sino por razones psicológicas, pero que origina unas sensaciones que pueden llegar a ser insoportables, como el dolor emocional o puede provocar síntomas físicos muy desagradables, ya que se manifiestan en todo el cuerpo.
Para tratar estos síntomas es necesario descartar la presencia de enfermedades a nivel físico antes de tratar al trastorno de angustia como tal.
Síntomas físicos de la angustia
Además de hacerse notar en el ámbito emocional a través de un exceso de preocupaciones y temores, y de una desesperación invasiva, la angustia también hace acto de presencia a nivel físico sirviéndose de estos síntomas:
- Falta de aire
- Mareos
- Náuseas
- Dolor en el tórax
- Tensión muscular
- Fatiga
- Sequedad en la boca
- Sudoración
- Opresión en el pecho
- Sensación de sofoco
- Trastornos del sueño
La crisis de angustia, el trastorno de angustia y sus síntomas
Ante determinados hechos puntuales, tal como puede ser el verse expuesto al objeto que nos provoca una determinada fobia, como las arañas, es posible experimentar una crisis de angustia. A su vez, también es posible que esta crisis te manifieste de manera espontánea, sin que haya habido un desencadenante puntual.
Las crisis de angustia tienen los mismos síntomas que la angustia, pero se le suman otros que son más intensos:
- Miedo a morir
- Pérdida del conocimiento
- Escalofríos
- Aceleración de la frecuencia cardiaca
- Sensación de encontrarse en un entorno de irrealidad
- Miedo a perder el control mental o a entrar en un estado de locura
- Entumecimiento
- Temblores
- Agitación
Cuando las crisis de angustia se convierten en eventos recurrentes y hace que la persona manifieste algunos de los síntomas mencionados, es posible que esta se intensifique y derive en el trastorno de angustia. Este trastorno consiste en que la persona se encuentra excesivamente preocupada y temerosa de sufrir más episodios de crisis de angustia. Por lo tanto, lo que hace es modificar su comportamiento para así evadir el episodio de la crisis.
Las mujeres cuentan con un riesgo dos veces más alto que los hombres de verse inmersas en el trastorno de angustia. Si bien es posible sufrirlo durante la infancia, este trastorno suele comenzar en los últimos años de la adolescencia o a comienzos de la adultez.
Diagnóstico del trastorno de angustia
Para que se pueda diagnosticar a la persona con trastorno de angustia, es necesario que, de forma inesperada, recurrente y sin razón aparente, se manifiesten crisis de angustia o episodios de dolor emocional, así como también de la presencia de preocupación constante de que se vuelva a presentar la crisis o bien de la aparición de cambios en el comportamiento para evitar situaciones de crisis, durante un período de un mes como mínimo.
Dependiendo de las causas del trastorno, el tratamiento puede tomar uno de los siguientes dos caminos: Se utilizan tanto los antidepresivos como los ansiolíticos. En cuanto a los antidepresivos, estos suelen ser los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina ya que se ha comprobado que son muy efectivos y que producen pocos efectos secundarios. La ventaja de los ansiolíticos es que tienen un poder de acción mucho más veloz que los antidepresivos. Sin embargo, cuentan con la desventaja de generar dependencia, deterioran la coordinación, acarrean problemas de memoria, causan somnolencia y retrasan el tiempo de reacción, ya que inhiben los reflejos. Las tres psicoterapias más utilizadas son: El centro de psicología y psiquiatría Manuel Escudero de Madrid recomienda: La angustia es un estado complicado que nos deja sentir tan mal que no podemos hacer los esfuerzos necesarios para manejarla sin ayuda de un especialista. Hacer un esfuerzo durante un tiempo y realizar un tratamiento psicológico de orientación cognitiva nos ayudará a superar la angustia. Los tratamientos combinados de psicofarmacología y psicoterapia cognitiva se han mostrado muy eficaces para el tratamiento de la angustia. En el Centro Manuel Escudero recibirás atención personalizada y un tratamiento multidisciplinar para tratar la angustia, su sintomatología y el dolor emocional.
Tratamiento para el trastorno de angustia
Tratamiento con fármacos
Tratamiento con psicoterapia