Proteger nuestro sistema inmunológico de los embates del COVID-19 se ha convertido en una prioridad del Gobierno. Por ello es que se ha decretado el estado de alarma y los ciudadanos hemos sido llamados a acatar el confinamiento obligatorio.
Sin embargo, estas medidas han arrojado como consecuencia el aislamiento social, el cual ha traído como consecuencia un duro impacto en la salud física y mental de todos nosotros. Dado que no hay ningún plan gubernamental para paliar estos efectos, sobrellevar el aislamiento social se ha convertido en una responsabilidad individual que cada uno debe afrontar para consigo mismo.
A continuación te presentamos las tácticas, estrategias y medidas, que te ayudarán a recuperar y mantener tu buen estado anímico y tu salud mental.
Cómo mitigar los efectos del confinamiento y conservar un buen estado de salud mental
- Perspectiva: parece algo común escuchar que todo pasará y que los límites a los que debemos sujetarnos ahora pasarán a ser un recuerdo. Sin embargo, asimilar el verdadero mensaje que contienen estas frases repetidas, nos ayudarán a pasar por esta coyuntura con un menor grado de ansiedad y angustia. Si nos mentalizamos de que es una cuestión de tiempo y, cada vez menor para que todo vuelva a la normalidad, no tendremos razones para conservar esa sensación de estar cayendo en un abismo sin fondo o de encontrarnos enjaulados.Debemos ver esta etapa como una transición y plantearnos metas concretas, sencillas y realizables, para cuando todo esto termine. De esta forma, nos mantendremos con la mente ocupada en lo que vendrá e incluso también sería una buena idea tomar alguna acción para dar comienzo a nuestros planes para un futuro tan cercano como es el final del confinamiento.
- Establecernos una rutina: dado que nuestra rutina habitual se encuentra en suspenso, lo que necesitamos es establecer una nueva forma de pasar el día. Tal vez estés haciendo “home office” o quizás solo te encuentres a la espera que el tiempo pase. En ambos casos, necesitarás pautas para hacerlo de forma ordenada. De esta forma, podrás canalizar tu ansiedad en la elaboración de algo útil y productivo.
- Aprovechar el aislamiento para reconectarnos con los nuestros: estamos todos muy angustiados por la carencia de la vida social a la que hemos sido arrojados. No obstante, estamos olvidando que la familia es la base de la sociedad y, por ende, de nuestras relaciones sociales. ¿Llevas la cuenta de cuántas instancias familiares te has perdido para generar y mantener los vínculos que has forjado fuera del hogar? Toma esta oportunidad como un regalo único para estar en casa y reconquistar relaciones que se habían vuelto distantes.
- Evitar entrar en un círculo vicioso de conversaciones sobre el virus: cada minuto se descubre algo nuevo acerca de este virus que ha sorprendido a la humanidad entera. Por ende, todo acerca de él son noticias y, lamentablemente, la mayoría de las noticias son negativas. El resultado es que la inercia nos lleva a hablar siempre de lo mismo y a ignorar muchos otros acontecimientos que ocurren mientras el COVID-19 nos mantiene en casa. Nuestra recomendación es que evites centrar tu conversación, y tus pensamientos, en esta enfermedad. Busca noticias buenas, que las hay, y habla de asuntos tan interesantes como de tus planes, de los lugares que quieres visitar cuando todo esto termine y de los eventos maravillosos que el mundo animal y la naturaleza han estado experimentando desde que hemos dejado de contaminar de forma tan virulenta como lo veníamos haciendo.
- Embárcate en un programa de ejercicios: los gimnasios pueden estar cerrados, pero la alfombra de tu salón seguramente tiene un lugar para alguien dispuesto a no permitir que tu cuerpo sea devastado por el sedentarismo. Probablemente no puedas diseñarte una clase de aeróbicos como la que imparten en el gimnasio, pero es muy factible que tengas posibilidad de incursionar en Pilates o en yoga, formatos de ejercicio muy tranquilos y que no requieren de un exceso de espacio para poder ser realizados. Realizar ejercicio físico es parte de todo programa destinado al fomento de la salud integral de la persona.
Estamos acostumbrados a que nos digan que debemos disfrutar del presente y olvidarnos de querer controlar el futuro. Por lo tanto, utilizar el hoy como plataforma de despegue hacia un mañana con más experiencia, más sabio y con un criterio renovado de prioridades, es una de las mejores formas de sobrellevar una situación que nos vino de sorpresa y nos afectó a todos en mayor o menor medida.
Dadas las circunstancias disfrutar de nuestro presente inmediato y, partiendo de él, proyectar hacia el porvenir desde nuestro presente e intentar mejorar la calidad de vida actual, nos salvará de caer en un pozo de depresión y ansiedad.
El Centro Manuel Escudero recomienda
Aconsejamos a aquellas personas que sufren problemas difíciles de manejar, como ansiedad, angustia, estrés, entre otros, causados por la crisis de la pandemia, que se pongan en manos de un especialista que les orienta y les ayude a superar y eliminar las secuelas psicológicas, emocionales o sociales.
¡Hola!
Me gustaría conocer tu opinión acerca de una persona llamada D. y la posible situación de depresión o no depresión que podría estar padeciendo.
Se trata de un chico de 34 años, soltero (sin hijos y sin pareja), D., que vive en un pueblito y se gana la vida gestionando y trabajando en la floristería de sus padres (por el tipo de trabajo que lleva, no tiene estrés casi).
Al hablar con él y preguntarle qué tal su día siempre me explica lo mismo: que ha estado en el trabajo y al llegar a casa se pasa las tardes y las noches viendo la tele y bebiendo Coca-Cola.
Además dice que no tiene ningún pasatiempo, no le gusta leer, no tiene amigos, no sale, hace 11 años que no va de vacaciones, no participa en ninguna feria ni nada, la única vida social que tiene se resume a ir al supermercado.
Ese amigo D., dice que no tiene depresión ni problemas económicos que le impidan salir de casa y tener vida social pero reconoce que hace años ha perdido el placer de vivir la vida y de tener pasatiempos. También dice que no siente placer ni tiene fuerzas ni ganas para ningún tipo de actividad que no sea trabajar, dormir y ver la tele. Además, D. tampoco tiene intención ni siquiera de leer un libro o hacer cualquier tipo de actividad, deporte ni nada por el estilo.
Le da pereza (y esto lo ha dicho él mismo) hasta teclear y saludarme desde su móvil.
No tiene problemas familiares ni enfermedad ni otras condiciones que le impidan vivir una vida plena y que no se limite solamente a dormir, trabajar y ver la tele.
Este estilo de vida lo lleva desde antes de la pandemia.
Entonces mi pregunta es: mi amigo, D., ¿podría estar sufriendo depresión u otro tipo de trastorno (aunque él diga que no padece depresión) o es totalmente normal su estilo de vida y que lleve esta rutina desde hace años?
¡Muchas gracias de antemano por la respuesta y saludos!
Hola, no se puede valorar a una persona sin conocer sus antecedentes. Pero le puedo recomendar algún artículo de la web que le puede servir para aportar información orientativa.
https://www.manuelescudero.com/que-es-la-distimia-tratamiento-psicologico/
https://www.manuelescudero.com/que-es-la-serotonina-y-como-aumentarla/
Muy interesante! Debemos estar entretenidos y aprender a convivir con nosotros mismos. Este es el mejor momento para ello.
Así es. Gracias, se agradece el comentario.