Las personas que presentan problemas en las relaciones sociales, suele ser porque tienen un rasgo de timidez, tienen un problema de inhibición o padecen una fobia social.
Diferencia entre timidez, inhibición y fobia social
Es preciso tener muy clara la diferencia entre los 3 conceptos, pues tanto el origen como la solución terapéutica para cada uno de ellos es diferente.
Por eso enfatizamos la necesidad de un diagnóstico preciso y una interpretación correcta de toda la información obtenida, para diseñar un proceso de terapia personalizada.
Las personas tímidas: ¿Cómo es una persona tímida?
Empezamos con «¿Qué pasa cuando una persona es tímida?»
Las personas que tienen un rasgo de timidez suelen nacer con él, es genético o carácterial.
La persona tímida no quiere estar aislada, quiere relacionarse, pero no sabe cómo hacerlo y además no se atreve a afrontar a las relaciones interpersonales.
Por general, la persona tímida suele ser emocionalmente rígida y sus conductas suelen ser desadaptadas a las situaciones sociales a las que se enfrenta. Esta situación de decepción produce un profundo sentimiento de frustración y, en ocasiones, reacciones agresivas contra sí mismo o los demás.
Una de las características principales de la timidez, que la diferencia de la inhibición y de la fobia social, es que se suele ir suavizando con el paso del tiempo.
Las personas tímidas tienen capacidad de aprendizaje social, lo qué poco a poco va haciendo que su capacidad de afrontamiento de la realidad social se incremente y que la rigidez presentada inicialmente ante la interacción social se flexibilice.
Poco a poco, y por sí mismos, las personas tímidas van aprendiendo normas sociales y adquieren la capacidad de poder realizarlas de forma adaptativa en entornos sociales.
¿Qué quiere decir que una persona está inhibida?
La inhibición es un rasgo que se define como un freno del comportamiento que impide a la persona responder reflexiva y adecuadamente ante un estímulo. Este bloqueo emocional y conductual hace que la persona recurre a una conducta automatizada, normalmente, desadaptada a la situación social, para enfrentarse a la situación, por qué no se atreve o no puede funcionar con naturalidad.
La persona que sufre de inhibición, si sabe lo que tiene que hacer en situaciones sociales, pero se bloquea ante la situación y no es capaz de hacer lo que quiere hacer.
Quiere actuar de acuerdo con sus sentimientos, deseos o capacidades, pero, a diferencia de la timidez, la persona inhibida si sabe lo que tiene que hacer, pero la vergüenza o el miedo que se produce como consecuencia de un procesamiento disfuncional de los estímulos sociales, le bloquea en la situación social.
Como consecuencia la persona inhibida sufre una fuerte bajada de autoestima qué provoca un malestar constante y una mala concepción de sí mismo que a su vez le vuelve a bloquear en relaciones sociales. Esta persona se mete en un bucle del cual le resulta muy difícil salir.
A diferencia de la timidez, que si se suaviza con el paso del tiempo, la persona inhibida puede mantener esta conducta disfuncional durante mucho tiempo, ya que este rasgo patológico no remite por sí mismo con el paso del tiempo.
En muchas ocasiones es necesario hacer un tratamiento psicológico para poder romper la respuesta de inhibición.
¿Qué es una fobia social?
El último de los 3 conceptos vinculados a problemas sociales, que comentamos en este texto, es la fobia social o ansiedad social.
La fobia social es un trastorno englobado en los trastornos de ansiedad y se puede catalogar cómo un problema fóbico/obsesivo.
Al contrario que un problema de timidez, la persona con fobia social si sabe cómo tiene que actuar en las situaciones de interacción social, y a diferencia del inhibido, el fóbico social si hace lo que tiene que hacer, pero lo hace a costa de sufrir ansiedad, que en ocasiones se presenta con una intensidad severa.
El origen de la fobia social se encuentra en una importancia exagerada que la persona da a que los demás se den cuenta qué está nerviosa, o que no se encuentra a la altura. Entonces en las relaciones sociales, está constantemente pendiente, de lo que los demás van a pensar de él. Esta reacción esta causada por su procesamiento rígido y obsesivo.
No consigue quitar importancia a lo que él cree que los demás piensan de él, aunque entiende que no debería dársela, y esto le produce un alto grado de ansiedad que le puede dejar agotado y hace que le cueste cada vez más enfrentarse a situaciones con otras personas.
Esta importancia le mete en un bucle obsesivo qué le genera sintomatología de ansiedad, lo que retroalimenta la idea que los demás se van a dar cuenta de que está nervioso, lo que le produce más ansiedad.
La persona que sufre fobia social, afronta las situaciones sociales, no las rehuye, pero experimenta miedo y ansiedad intenso que le produce un gran malestar, con la consecuencia un considerable deterioro en la calidad de vida.
La fobia social es un problema que no desaparece con el tiempo ni se atenúa por sí mismo, al contrario, en muchas ocasiones se agrava.
Es preciso hacer un tratamiento psicológico, y en ocasiones combinarlo con tratamiento farmacológico para atenuar los síntomas, que ayuda a la persona afrontar las situaciones sociales sin tanto sufrimiento y desgaste psicológico.
El pronóstico de los tratamientos de fobia social suele ser bueno dependiendo de la gravedad de la patología obsesiva subyacente.
Síntomas que uno experimenta en situaciones sociales
Una persona tímida, inhibida o con fobia social puede experimentar, al estar rodeada de otras personas, algunos de los siguientes síntomas:
- Mostrar una postura corporal rígida y hacer poco contacto visual.
- Enrojecerse, sudar, temblar, o sentir que el corazón les late muy rápido o que su “mente se pone en blanco”
- Tener náuseas o malestar estomacal
- Sentirse asustada estar con otras personas, especialmente si aún no las conoce, y tener dificultad para hablar con desconocidos.
- Tener mucho miedo de ser el centro de atención
- Evitar las zonas donde hay muchas personas
Terapia y ejercicios para superar la timidez, ansiedad social o problemas de inhibición.
Para vencer estos problemas es mejor ponerse en manos de un especialista de ansiedad social, timidez o inhibición, sabiendo que tiene que desarrollar una terapia personalizada. Durante la terapia los ejercicios y técnicas suelen basarse en:
- Reforzar la autoestima, la actitud positiva y la autoaceptación
- Ejercicios cognitivos
- Errores de pensamiento
- Aprender a concentrarse en lo que sucede alrededor, sin prestar atención a los mensajes negativos en el interior.
- Habilidades sociales; ayudan a la persona a aumentar su competencia ante las situaciones sociales y conseguir sus objetivos.
- Entrenamiento de asertividad; aprender a rechazar las ideas irracionales y mostrar una conducta convincente.
- Importante, aprender a controlar la ansiedad
- Ejercicios de mindfulness y ejercicios de relajación, para ayudar a gestionar momentos de nerviosismo.
- Otros ejercicios ayudan para reducir y eliminar los pensamientos automáticos limitantes.
- Exposición gradual a las situaciones que producen los síntomas, empezando por las situaciones más básicas.
- Aprender en dejar a un lado el perfeccionismo.
Fobia social: tratamiento farmacológico
El tratamiento más efectivo para la ansiedad social, basado en nuestra experiencia clínica, es una combinación de terapia cognitiva junto con medicación.
Puesto que la fobia social es un problema fóbico-obsesivo, hay que tratar tanto los pensamientos recurrentes como la respuesta emocional asociada a ciertas interpretaciones de situaciones sociales.
Por lo tanto, para una superación completa de la fobia social, a veces es necesario recurrir a un tratamiento farmacológico que ayuda en controlar el pensamiento obsesivo y la ansiedad, en combinación con la terapia.
Muchas personas con el trastorno de fobia social logran los mejores resultados usando una combinación de medicamentos y terapia cognitiva.
Pedir ayuda
Al iniciar una terapia es de gran importancia tener un diagnóstico diferencial, que nos evitará confundir la fobia social con el trastorno por evitación, con la timidez, con la inhibición o con el trastorno esquizoide de la personalidad.
El especialista de salud mental desarrollara un plan de tratamiento personalizado, para tratar el problema de forma eficaz, sabiendo que la manifestación de cada problema puede ser muy diferente en función de la personalidad y circunstancias de cada paciente.
El psicólogo clínico diseñará la terapia que sea más adecuada. Además, puede recomendar un estilo de vida social saludable junto con técnicas de relajación, entrenamiento en asertividad y habilidades sociales así como aprender a identificar y manejar las ideas irracionales asociadas a las relaciones sociales.
Es importante tener en cuenta que las habilidades sociales, como cualquier otra habilidad humana, se pueden aprender y son una herramienta fundamental para la superación de la timidez, fobia social o inhibición.
Un tratamiento bien enfocado debe aumentar tu competencia ante las situaciones sociales y conseguir aquellos objetivos que, a causa de la timidez, puedan resultar difíciles de alcanzar.
Los especialistas del Centro Manuel Escudero realizan tratamientos personalizados para superar problemas de fobia social, inhibición o timidez.