Síntomas de la ansiedad nerviosa
Los síntomas de la ansiedad nerviosa se manifiestan como una derivación del estado común de ansiedad. Son difíciles de manejar y ponen a la persona en condiciones de malestar emocional que le impiden tomar decisiones simples y desenvolverse en la vida cotidiana. Sin embargo, si los síntomas de ansiedad, se toman desde un temprano y acertado diagnóstico, el tratamiento asegura una rápida recuperación.
Los síntomas de la ansiedad nerviosa comienzan con la falta de control sobre las emociones. Se parecen a los síntomas de ansiedad generalizada pero no son los mismos. Son mucho más duros y difíciles de sobrellevar ya que al simple estado de ansiedad, se suman estados de pánico, con sus correspondientes mecanismos de huida y episodios de histeria, que afectan no sólo la salud mental del individuo sino de su entorno familiar más cercano. Los primeros síntomas se manifiestan claramente en un desequilibrio emocional general, llegando a la falta absoluta de control sobre sus emociones. Al individuo le es muy difícil tranquilizarse aún en situaciones donde no ha ocurrido ningún hecho o evento fuera de lo normal. El grado de tensión es incesante y esto va afectando en forma paulatina al organismo ya que aparecen deficiencias en la alimentación, imposibilidad de tomar un buen descanso, inquietud constante, dificultad para mantener una conversación o un encuentro sin alterarse, entre otras.
La aparición paulatina de los síntomas de ansiedad nerviosa provoca un círculo vicioso casi imposible de manejar por el individuo. El desequilibrio emocional que le produce la conciencia de que algo le está pasando generando reacciones y actitudes de rechazo en su entorno, hace que la ansiedad y el estado de nerviosismo aumenten. La persona se hipersensibiliza, creyendo que cada uno de sus síntomas provocará situaciones catastróficas o inmanejables y eso lo altera agravando aún más su estado. Puede entrar en pánico y muchas veces como mecanismo de defensa suele golpear a sus seres queridos imaginando que van a atacarlo.
Según la gravedad, estos síntomas pueden controlarse con tratamientos farmacológicos o antidepresivos, con el fin de aminorar el estado de ansiedad nerviosa y continuar posteriormente con una psicoterapia.
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