¿Qué relación hay entre el pensamiento y la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta emocional normal a situaciones estresantes, como un examen importante o una entrevista de trabajo. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva o se activa de manera
inapropiada, puede interferir en la vida diaria y afectar a la salud física y mental.
Ciertos pensamientos juegan un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la ansiedad. Si no sabemos identificarlos ni gestionarlos, estos errores pensativos no nos permiten estar en paz con nosotros mismos, ni con la vida y pueden convertirse en algo que interfiere en nuestro funcionamiento.
En este artículo te contaremos cual es la relación entre la ansiedad y el pensamiento, y por qué los pensamientos pueden provocar ansiedad, y te daremos las claves para no dejarlos avanzar en tu mente.
¿Cómo influyen los pensamientos en la vida?
Los pensamientos erróneos y distorsionados, como, por ejemplo, el pensamiento catastrófico o el pensamiento de perfección, pueden aumentar los niveles de ansiedad. El pensamiento catastrófico se refiere a la tendencia a sobrestimar el riesgo de un evento negativo ocurriendo, mientras que el pensamiento de perfección se refiere a la creencia de que uno debe ser perfecto o tener un control absoluto en todas las situaciones.
Estos pensamientos pueden llevar a una sobreestimación de la amenaza y una subestimación de la capacidad de manejar la situación.
¿Qué es el pensamiento?
El pensamiento es el producto del funcionamiento del cerebro, es una consecuencia que se deriva del funcionamiento neuronal y los circuitos neurales, que nos permite hacer representaciones simbólicas de la realidad y entender conceptos abstractos y complejos, así como comunicarlos.
Los pensamientos crean continuamente circuitos neuronales nuevos que, si son sanos, provocan una potenciación del funcionamiento del cerebro, el aprendizaje, la creatividad y el autodesarrollo.
Pero si los pensamientos son insanos, pueden generar daños químicos y fisiológicos en la propia estructura que los generó, y provocar o mantener distintas psicopatologías. Así puedan afectar a nuestro estado de ánimo, alterar el funcionamiento de la bioquímica cerebral, crear circuitos neurales nuevos, generar alteración del sistema nervioso autónomo y provocar o mantener diversas patologías, cómo la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
Ahora que sabemos que son esos pensamientos que generan ansiedad y que acuden a tu cabeza sin ser invitados, continuamos por definir qué es la ansiedad.
La ansiedad se puede definir como un estado emocional derivado de la activación continuada de la rama simpática del sistema nervioso autónomo.
Si la ansiedad se mantiene en el tiempo y según la intensidad, puede provocar sensaciones de temor, incluso pánico.
Cuando percibimos el porvenir como una amenaza para nuestro bienestar, entonces la preocupación pasa a ser un estado mental recurrente o, en algunos casos, permanente. Es entonces que podemos hablar de ansiedad.
Como el estrés es la antesala de la ansiedad, hay que citar que el estrés se define como una combinación de tres factores que son el ambiente, el pensamiento y la respuesta física.
¿Cuáles son los pensamientos que derivan en ansiedad?
En psicología clínica, entender el concepto “pensamiento” y toda la influencia que este tiene en nuestro sistema nervioso, en nuestra salud psicológica y en el correcto funcionamiento, tanto físico como psicológico, del cerebro, es fundamental para la superación de cualquier problema psicológico, ya que para tener una vida sana es preciso tener o generar pensamientos sin errores, que no generen malestar, insatisfacción o problemas fisiológicos.
La preocupación o tener temores, en su justa medida, es algo totalmente normal, y hasta es beneficiosa, ya que nos ayuda a prevenir situaciones de estrés, apremios o malestar. El problema ocurre cuando estos pensamientos se quedan a vivir en nuestra mente y nos generan la tan temida ansiedad.
Una frase que me gusta repetir en las consultas clínicas es que “Los pensamientos no son la realidad, sino que son representaciones simbólicas de la realidad”. Pero, aunque no sean la realidad, pueden afectarnos como si lo fuera, por eso hay que tener mucho cuidado que pensamos y como pensamos.
Por ejemplo, las distorsiones cognitivas serían un tipo de error que se englobaría dentro de la categoría de “errores de procesamiento”, que también engloba la importancia, la recursividad, los mecanismos de defensa, la rigidez, los puntos ciegos, la trampa del hipopótamo rosa, la disonancia cognitiva, los errores de lógica y la atribución.
Pensamientos que provocan ansiedad: cómo aprender a gestionarlos
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento eficaz para la ansiedad que se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos. La TCC ayuda a las personas a aprender a reconocer sus pensamientos erróneos automáticos y a reemplazarlos con pensamientos más realistas y adaptativos.
Además, la TCC también enseña habilidades para manejar el estrés, como la relajación y la exposición gradual a situaciones ansiógenas, lo que ayuda a las personas a desarrollar confianza en su capacidad para manejar situaciones ansiógenas.
La ansiedad también puede ser causada por eventos traumáticos o estresores a largo plazo, como el acoso o el abuso. En estos casos, la terapia centrada en el trauma, como la terapia de exposición o la terapia de procesamiento emocional, puede ser particularmente útil. Estas terapias ayudan a las personas a procesar y superar los eventos traumáticos, reduciendo así los niveles de ansiedad.
Muchas personas no son conscientes de que el pensamiento juega un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la ansiedad. Los pensamientos erróneos y distorsionados pueden aumentar los niveles de ansiedad, y la terapia cognitivo-conductual es un tratamiento eficaz para ayudar a las personas a identificar y cambiar estos patrones de pensamiento, con el fin de mejorar su calidad de vida.