El mundo cambia a una velocidad vertiginosa y quien no se adapta a los nuevos escenarios, corre el riesgo de perder el lugar que con tanto esfuerzo había conseguido. Ahora más que nunca la flexibilidad es un factor clave en la personalidad. Su opuesto, la rigidez, además de ser la cara visible de una personalidad obsesiva, les impide a las personas acompasarse a los cambios que se generan en su entorno, con lo cual van quedando cada vez más segregadas de su entorno social.
De lo anterior es sencillo deducir que la rigidez mental y psicológica nos conduce a una vida infeliz y revestida de angustia, lo cual es el terreno más fértil para la proliferación de patologías.
¿Cuáles son las características de la rigidez mental y psicológica?
Es de suma importancia saber diferenciar entre una persona que tiene valores arraigados y los defiende más allá de las circunstancias que deba atravesar, y una que padece rigidez psicológica. Podemos distinguir esto último a través de las siguientes características:
- Negación a abrirse a nuevas perspectivas
- Reticencia a los cambios
- Rechazo de nuevas perspectivas
- Negarse a vivir el aquí y el ahora
- Temor al presente
- Rechazo a la incertidumbre
- No reconocen sus prioridades
Estas personas permanecen atrapadas en un patrón de pensamiento y de comportamiento que ellos mismos se forjan y del cual se niegan a desprenderse aunque comprueben que esto no les permite afrontar las dificultades cotidianas de la vida ni desarrollar vínculos sanos y felices con las demás personas.
Quienes no ceden a nuevas formas de ver el mundo y de abordar los asuntos de la vida, terminan confinados al fracaso y a la soledad, ya que el mundo que los rodea sigue su curso y las personas avanzan con él. Sin embargo, la rigidez mental hace que sus víctimas no cedan y queden prisioneras de sus propias ideas y actitudes.
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Consecuencias de la rigidez mental
Cuando nuestra mente se cierra a las nuevas posibilidades, se desencadena una serie de consecuencias que nos llevan hacia terrenos en los que nadie que busque una vida feliz quiere o debe estar. El resultado de hacernos prisioneros de nuestros propios patrones tiene consecuencias emocionales, sociales y físicas. Veamos las más notorias:
- Imposibilidad de adaptarse al mundo actual
- Imposibilidad de crecer como persona y en el plano intelectual
- Imposibilidad de aprender de los errores propios
- Pérdida de amistades
- Pérdida del trabajo
- Problemas digestivos
- Patologías sexuales (frigidez, impotencia, eyaculación precoz)
¿Cómo es posible que negarnos a aceptar nuevas posibilidades para desarrollar nuestro día a día derive en un problema de impotencia o de acidez estomacal? Recordemos que el cuerpo humano es un pequeño universo conectado entre sí. Lo que ocurre en una parte de él, se manifiesta en otra. Es así que al negarnos a aceptar una nueva perspectiva acerca de lo que siempre hemos considerado de determinada manera, hace que las personas a nuestro alrededor nos rechacen, lo que a su vez deriva en angustia.
Desde el momento en el que la angustia aparece para instalarse, todas estas patologías físicas, y muchas más comienzan a aparecer. Cada persona reacciona de forma diferente, por lo que algunas resultan más afectadas en el ámbito sexual, mientras que otras sufren las consecuencias de la angustia a nivel gástrico.
El miedo y la inseguridad como factores detonantes de los bloqueos emocionales
Dos de los factores que yacen detrás de la rigidez psicológica son el miedo y la inseguridad. Tenemos miedo a fracasar a partir de implementar nuevos patrones de pensamiento o de comportamiento en nuestra vida cotidiana, así como también nos sentimos inseguros acerca de la efectividad de nuestras decisiones. Cuando estos factores se conjugan, aparecen los bloqueos emocionales, los cuales se manifiestan a través de:
- Extrema timidez
- Cohibición
- Desmotivación
- Juzgar y condenar a los demás
- Celos
- Posesividad
- Incapacidad de decidir
El bloqueo emocional solo tiene como resultado el hacernos entrar en un círculo vicioso en el que nos negamos a ver la realidad, mucho más a incorporarla a nuestra propia vida, con lo cual terminamos viviendo en una realidad inventada por nosotros mismos.
La rigidez mental, un fuerte generador de bloqueos emocionales, no es una condición inamovible del ser humano, sino que la podemos erradicar siguiendo el tratamiento adecuado para nuestras necesidades.
Cuando afecta a nuestro rendimiento en actividades cognoscitivas, afectivas, laborales e influye en nuestra calidad de vida, o genera culpa, tristeza, frustración, ansiedad, pide ayuda a un especialista. A través de la terapia se puede tratar el problema de rigidez y aprender que el cerebro fluya libremente.
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Excelente información. He sufrido a causa de un ser que amo y tiene esta condición mental que afecta a otros por que no reconoce estar afectado y arrastra a uno en su condición.